Siempre ando por la vida tarareando aunque rara vez llego a cantar en voz alta; por ahí se me escapa y siento que todo el mundo me está mirando; ego le dicen algunos. A veces, aprovechando la maravillosa acústica de mi baño, dejo salir a mi voz interior con impunidad.

Toda mi vida pensé que mi voz exterior sonaba bien, nada del otro mundo, apropiada, no muy desafinada, lo justo y lo necesario. Hace unos días me escuché cantando en un audio de Whatsapp, que están tan a la moda por estos días, y casi me sangran los oídos. Todo un descubrimiento; por fin las aplicaciones móviles al servicio de la humanidad, pensé. Así que después de darle vueltas al asunto, llegué a la conclusión de que mientras mi voz interior suena como un ángel bajado del cielo, mi voz exterior –mi voz en alto– suena como el mismo ser angelado pero bajado a escobazos de una nube.

Maite dice que a veces la voz interior de las personas es re mala onda, te habla feo, pareciera que hasta no te quiere; eso me dejó pensando que quizá por eso los charlatanes son charlatanes, porque hablar con su voz interior debe ser un mambo negro y prefieren hablar con desconocidos, de lo que sea: el clima, el uso de las redes, de los otros, del clima, del clima y del clima. Después me acuerdo que las dos voces de ella suenan lindas y se me desbarata la teoría.

Aye en cambio me dijo que a ella le encanta su voz exterior porque aunque no canta ni afina es como una FM, está en sintonía con la interior y hasta puede tirarte un anuncio que te cambie la vida.

Así que de esas charlas sobre temas como este, que a simple vista parece irrelevante y sin embargo no, llegué a la conclusión de que ellas tienen re cocinada la relación con sus voces mientras que yo recién empiezo a reparar en la mía. Así fueron apareciendo los dilemas, las dudas, la curiosidad por ver cómo les va a los demás con el asunto que para mí es toda una novedad.

Quizá mi voz externa desafina porque está aprendiendo o buscando el tono adecuado para caminar la calle sin llamar la atención innecesariamente. Es que a veces mi voz interior se pone la gorra y a la otra no le queda más que escaparse, sin poder elegir el momento, medio de improvisado y zarpazo. Lo importante es que está aprendiendo a no seguirle demasiado la corriente sino analizar si es lo que quiere e ir por ello.

Anoche mi voz exterior grabó un audio con una canción de un tal Caloncho. Era una canción de amor. Realmente sonaba como el culo. Pero por primera vez en mucho tiempo las vi sonreír juntas y felices. Al final, como siempre había escuchado por ahí, el amor a veces hace que las cosas se equilibren.